Bienvenidos a una nueva publicacion en el mundo regenerativo de la sostenibilidad urbana, donde cada elección que hacemos puede marcar la diferencia. En esta ocasión, exploraremos un aspecto crucial de nuestro día a día: la contaminación plástica generada por el uso aparentemente inofensivo de bolsas plásticas para desechar las heces de nuestras mascotas.
En el corazón de la Ciudad de México, Espacios Regenerativos florece como una cooperativa comprometida con la creación y mantenimiento de huertos urbanos. Nuestra mision va más allá de la simple oferta de espacios verdes; buscamos inculcar prácticas sostenibles y regenerativas que mejoren la calidad de vida en la urbe para nosotros y nuestras mascotas.
Esto a través de impulsar diferentes proyectos innovadores y generando alianzas estrategicas que no solo crean diferentes oasis de verdor dentro de la ciudad, sino que también educamos sobre la importancia de la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente.
Imagina el escenario común: paseas a tu perro en el parque, y cuando hace sus necesidades, sacas una bolsa de plástico para recoger los desechos. Parece una práctica inocua, ¿verdad? Sin embargo, profundicemos en esta rutina aparentemente simple.
Cada vez que utilizamos una bolsa de plástico para recoger las heces de nuestras mascotas, contribuimos a un problema ambiental creciente: la contaminación plástica. Estas bolsas, aparentemente inofensivas, se suman a la carga de residuos plásticos que afectan nuestros océanos, suelos y, en última instancia, la salud de nuestro planeta.
Cuando arrojamos a la papelera una simple bolsa plástica utilizada para recoger las heces de nuestras mascotas, pocos consideramos el viaje oculto que emprende este plástico aparentemente inofensivo. Este viaje, en gran medida inadvertido, tiene consecuencias profundas y duraderas para nuestro entorno urbano y, por extensión, para el planeta que todos compartimos.
Tras su breve servicio como recolector de desechos, estas bolsas a menudo emprenden su último viaje hacia vertederos urbanos. En el mejor de los casos, estas áreas designadas para la disposición de residuos pueden contener el plástico durante algún tiempo, pero la realidad es que muchas veces no es así.
Lo que es aún más preocupante es cuando estas bolsas plásticas encuentran su camino hacia cuerpos de agua cercanos. Ríos, arroyos y lagos se convierten en receptáculos involuntarios de nuestra falta de conciencia ambiental. Este descuido tiene consecuencias que van más allá de lo que percibimos en la superficie.
A medida que las bolsas plásticas se descomponen, especialmente cuando están expuestas a la luz solar y los elementos, se transforman en diminutos fragmentos conocidos como microplásticos. Estos minúsculos invasores del medio ambiente son tan pequeños que escapan fácilmente a nuestra vista, pero su impacto es desmesuradamente perjudicial.
Los microplásticos liberados por las bolsas plásticas contaminan el agua de maneras insospechadas. Los organismos acuáticos, desde los más pequeños hasta los más grandes, ingieren estos fragmentos de plástico, creando una cadena alimentaria contaminada. Esta ingestión no solo amenaza la salud de la vida acuática, sino que también se extiende a los seres humanos que dependen de esa cadena para su alimentación.
La contaminación plástica no se detiene en el reino acuático. A medida que los microplásticos afectan a los organismos acuáticos, la cadena alimentaria se ve comprometida. Peces y otros animales marinos que consumimos pueden contener microplásticos, llevando así estos contaminantes a nuestra propia dieta.
Este viaje del plástico, desde la bolsa en la mano hasta los microplásticos en nuestros cuerpos de agua, destaca la urgencia de adoptar prácticas más conscientes y sostenibles. Cada bolsa plástica que arrojamos contribuye a un ciclo perjudicial, pero también podemos ser parte de la solución al elegir alternativas sostenibles y educar a otros sobre la importancia de cuidar nuestro entorno urbano.
En Espacios Regenerativos, estamos comprometidos a liderar este cambio consciente y a inspirar a otros a unirse a nosotros en la creación de un futuro donde nuestras acciones diarias no dejen rastro de contaminación plástica. Únete a nosotros en este viaje hacia un entorno urbano más limpio y saludable.
Es hora de repensar nuestra rutina diaria y adoptar alternativas más sostenibles. En lugar de depender de bolsas plásticas, invierte en opciones reutilizables. Pequeños cambios como estos pueden marcar una gran diferencia a largo plazo.
En Espacios Regenerativos, creemos en el poder de la educación para impulsar el cambio. A través de programas educativos y campañas de concientización, buscamos informar a la comunidad sobre los peligros de la contaminación plástica y fomentar prácticas más responsables.
En conclusión, la contaminación plástica generada por el uso de bolsas para mascotas es un problema que no puede pasarse por alto. Como ciudadanos comprometidos, debemos ser conscientes de nuestras elecciones y trabajar juntos para construir un entorno urbano más sostenible.
¿Estás listo para formar parte de algo más grande que tú mismo? Únete a Espacios Regenerativos en nuestra misión de transformar nuestras ciudades en oasis sostenibles. Juntos, podemos marcar la diferencia y crear un futuro donde la naturaleza urbana florezca en armonía con nuestras vidas.
Recuerda, cada elección cuenta. Juntos, podemos tejer un tejido más saludable para nuestra ciudad y nuestro planeta. ¡Únete a la revolución verde hoy!
Giorgio Zuñiga.
CEO de Espacios Regenerativos.
